El teleco dicharachero

miércoles, junio 01, 2005

Beca Vulcanus

Pues hoy al llegar a casa me han dado una gran sorpresa. A Rebeca, también conocida como Leihah (comentario en el blog de Sprocket, comentario en el blog de ToRek) le han enviado el mail desde el Centro de Cooperación Industrial EU-Japon, le han dado la beca Vulcanus para trabajar en el laboratorio de óptica, concretamente en el Quantum Optical State Control Research Group. Se queda uno la mar de bien trás escribir algo así, la placa identificativa para entrar al laboratorio tiene que ser enorme.
Allí Rebeca va a trabajar en temas de criptografía cuántica. Estoy seguro que aprovechará esta magnífica oportunidad, tanto por el aprendizaje como por la experiencia de vivir 1 año entero en Japón.
La información interesante para los que están esperando como yo, a que los de Eujapan terminen el proceso de selección, es que en el asunto del mail aparece el número de beca concedida, es del estilo XX - YYY, donde la XX es la beca y la YYY es el identificador del candidato en la primera fase. En el caso de Fer, era la beca asignada número 2, por eso lo supo hace tanto tiempo. En el caso de Rebeca es la 28. Cada plaza habrá tenido un grupo de personas en la empresa que ofrece la beca, para evaluar a los candidatos y seleccionar. Por lo que me ha comentado Nialey, este año pensaban conceder 32 becas, así que suerte para los que siguen esperando.

Como dedicatoria a Rebeca reproduzco el poema de Kavafis, que ya referencié en otro post.

Si vas a emprender el viaje hacia Itaca
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.

A Lestrigones y a Cíclopes
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.

A Lestrigones ni a Cíclopes
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, ámbar y ébano,
aromas deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre en la memoria a Itaca.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.

Itaca te regaló un hermoso viaje,
sin ella el camino no hubieras emprendido,
mas ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres, Itaca no te engañó.
Rico en saber y en vida como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Itacas.